La Fundación de Quel'Thalas
Según la biblioteca secreta de
los Altos Elfos (6800 años antes de la Primera Guerra) Los Altos Elfos,
liderados por Dath´Remar, dejaron Kalimdor atrás y retaron las tormentas del
Maelstrom. Sus flotas navegaron el ancho mundo por muchos años, y descubrieron
misteriosos reinos perdidos a lo largo de su viaje. Dath´Remar Sunstrider,
quien había tomado el nombre de Sunstrider (“El que camina de día”), buscaba
lugares de gran poder sobre los cuales construir el nuevo hogar de su pueblo.
Su flota finalmente llegó a las playas de un continente que más tarde sería
llamado Lordaeron. Desembarcando, los altos elfos fundaron un asentamiento en
los tranquilos Claros de Tirisfal. Después de pocos años, muchos de ellos
comenzaron a volverse locos. Los sacerdotes altos elfos teorizaron que algo
maligno dormía en esta parte particular del mundo, pero los rumores nunca
pudieron ser probados. Los Altos Elfos levantaron su campamento y se
movilizaron hacia el norte, donde existía otra zona rica en energías. Conforme
los Altos Elfos cruzaban las ricas tierras montañosas de Lordaeron, su viaje se
volvía cada vez más difícil. Desde que se cortó su relación con las energías
del Pozo de la Eternidad, muchos de ellos cayeron por el frío clima o murieron
de enfermedades. El más desconcertante cambio, sin embargo, fue el hecho de que
ya no eran inmortales ni inmunes a los elementos. Se volvieron más pequeños de
lo que eran, y su piel se volvió blanca, perdiendo el color púrpura
característico de su raza, y su cabello se volvió rubio, como el sol. Para
complicar sus trabajos, encontraron increíbles criaturas que nunca habían visto
en Kalimdor. También encontraron una tribu primitiva de humanos que cazaba en
los antiguos bosques. Sin embargo, el mayor reto fue enfrentarse a los voraces y
astutos trolls de Zul’Aman. Estos trolls habían formado un gran reino, el
Imperio Amani, y tenían la capacidad de regenerar su piel y sus miembros ante
las más terribles lesiones, pero probaron ser una raza barbárica y malvada, y
demostraban ser hostiles a los extranjeros que traspasaban sus fronteras. Los
elfos desarrollaron una profunda animadversión por los viciosos trolls y los
mataron donde quiera que los encontraban. Por siglos, el Imperio Amani combatió
a otros reinos trolls que se habían asentado en los continentes del sur, los
Gurubashi de la Jungla de Strangletorn, pero la llegada de los Altos Elfos fue
considerada un insulto para sus ancestros y sus dioses. Después de muchos años,
los Altos Elfos finalmente encontraron una tierra que era parte remanente del
antiguo continente de Kalimdor. En las profundidades de los bosques del
continente, fundaron el reino de Quel´thalas, y se abocaron a crear un poderoso
imperio que superara el de sus primos Kaldorei. Desafortunadamente la ciudad
fue fundada sobre los restos de un antiguo asentamiento que los trolls consideraban
sagrado. Casi inmediatamente, los trolls comenzaron atacar los asentamientos
elfos en masa. Los elfos, decididos a no abandonar su nueva tierra, utilizaron
su magia para combatir a los salvajes trolls. Bajo el liderazgo de Dath’Remar,
fueron hábiles para derrotar a las bandas guerreras de los Amani, que los
superaban diez a uno. Algunos elfos, sin embargo, recordando las anteriores
prevenciones de los Kaldorei, temieron que el uso de la magia pudiera llamar la
atención de la derrotada Legión de fuego. Por lo tanto, decidieron defender sus
tierras con una barrera protectora que les permitiera realizar sus
encantamientos. Construyeron una serie de monolíticas Runas en varios puntos
alrededor de Quel´thalas que demarcaran las fronteras de la mágica barrera. Las
Runas no solamente enmascaraban la magia elfa de ser detectada por otras
dimensiones, sino que les ayudó a ahuyentar las supersticiosas bandas de
trolls. Con el paso del tiempo, Quel´thalas se transformó en un monumento al
progreso mágico de los Altos Elfos. Sus vetustos palacios fueron forjados con
el mismo estilo estructural que los antiguos salones en Kalimdor, pero
respetando la topografía de la tierra. Quel´thalas comenzó a brillar como la
joya que los Altos Elfos siempre soñaron. El Concejo de Silvermoon fue fundado
para regir el poder sobre Quel´thalas, pero la dinastía de los Sunstrider
siempre mantendría un módico poder político sobre la ciudad. Compuesto por
siete de los más grandes señores de los Altos Elfos, el Concejo trabajaba para
asegurar la seguridad de las tierras elfas y su pueblo. Rodeados por su barrera
protectora, los Altos Elfos olvidaron las advertencias de los Elfos Nocturnos y
continuaron usando la magia en casi todos los aspectos de sus vidas. En el
centro de Silvermoon, sobre una enorme isla al norte de Zul’Aman, crearon el
Pozo del Sol, con aguas remanentes del Pozo de la Eternidad que habían traído
desde Kalimdor. Casi por cuatro mil años los Altos Elfos vivieron pacíficamente
dentro de la seguridad de su reino. Sin embargo, los conflictivos trolls no
eran fáciles de derrotar. Estos se escondían en la profundidad de los bosques y
esperaban que el número de sus bandas creciera. Hasta que, finalmente, un
poderoso ejército troll emergió de los sombríos bosques e inició el asedio de
la brillante Quel´thalas.
Arathor y las Guerras Troll
Mientras los altos elfos peleaban
por sus vidas contra el continuo asedio de los trolls, los humanos peleaban por
consolidar sus propias tierras tribales. Las tribus de la temprana humanidad
luchaban unas contra otras con muy poca identidad de unidad u honor. Hasta que
una de las tribus, conocida como los Arathi, tomó conciencia que la amenaza
troll era muy grande para ser ignorada. Los Arathi se dispusieron a unir todas
las tribus bajo su égida y proveer un frente unificado contra los trolls.
Durante el curso de los siguientes seis años, los astutos Arathi manipularon y
derrotaron a las tribus rivales. Con cada victoria, los Arathi ofrecían paz e
igualdad a los pueblos conquistados, con lo que se ganaban la lealtad del
pueblo derrotado. Eventualmente, la tribu Arathi logró incorporar muchas tribus
dispersas, y las filas de su ejército se volvieron enormes. Considerando necesario
prepararse para un inminente ataque de los trolls, e incluso de los reclusivos
elfos si fuese necesario, los altos señores Arathi decidieron construir una
poderosa ciudad-fortaleza en la región sureste de Lordaeron. La ciudad-estado,
llamada Strom, se convirtió en la capital de la nación Arathi, Arathor.
Conforme Arathor prosperaba, humanos de todo el inmenso continente viajaron
hacia el sur, hacia la seguridad de Strom. Unidos bajo un solo estandarte, las
tribus humanas desarrollaron una fuerte y optimista cultura. Thoradin, rey de
Arathor, tenía conocimiento de la existencia de los misteriosos elfos de las
tierras del norte, y del constante asedio de estos por los trolls, pero él
rehuía arriesgar la seguridad de su gente para defender a los reclusitos
extranjeros. Muchos meses pasaron hasta que rumores acerca de la derrota de los
elfos llegaron del norte. No fue sino hasta que los embajadores de Quel´thalas
llegaron a Strom que Thoradin decidió enfrentar la amenaza troll. Los elfos
informaron a Thoradin que los ejércitos troll eran inmensos y que una vez que
los trolls destruyeran Quel´thalas, se volverían a atacar el sur. Los
desesperados elfos, en su necesidad de ayuda militar, prometieron entrenar a un
selecto grupo de humanos en la magia a cambio de la ayuda contra las bandas de
guerra troll. Thoradin, sin conocer ninguna magia, decidió ayudar a los elfos.
Casi inmediatamente, hechiceras elfas llegaron a Arathor y comenzaron la
instrucción de los humanos en los caminos de la magia arcana. Los elfos
descubrieron que algunos humanos tenían una capacidad innata para controlar la
magia, y una afinidad natural hacia ella. Cien hombres fueron instruidos en los
secretos mágicos básicos de los elfos: no más de los absolutamente necesarios
para combatir a los trolls. Convencidos de que sus estudiantes humanos estaban
listos para ayudarles, los elfos dejaron Strom y viajaron hacia el norte al
lado de los poderosos ejércitos del rey Thoradin. Los ejércitos unidos de elfos
y humanos irrumpieron fuertemente contra las bandas de trolls al pie de las
Montañas Alterac. La batalla duró muchos días, pero los ejércitos de Arathor no
se retiraron hasta que el último troll cayera. Los señores elfos dejaron caer
todo el poder de su magia sobre los enemigos. Los cien magos humanos y una multitud
de hechiceras elfas llamaron la furia de los cielos y la dejaron caer sobre los
ejércitos trolls. Los fuegos elementales prevenían la regeneración de las
heridas de los trolls y quemaban sus torturadas formas desde el interior. Con
los ejércitos trolls derrotados y en retirada, los ejércitos de Thoradin embistieron
a cada uno de sus soldados. Los trolls nunca se recobrarían de su derrota, y la
historia nunca volvería a ver a los trolls como una nación unida de nuevo.
Segura Quel´thalas de la destrucción, los elfos juraron lealtad y amistad a la
nación humana de Arathor y a la línea real de Thoradin. Humanos y elfos
tendrían relaciones pacíficas en las épocas venideras.
Los Guardianes de Tirisfal
Según la biblioteca secreta de
los Altos Elfos (2700 años antes de la Primera Guerra) Con la ausencia de los
trolls de las tierras del norte, los elfos de Quel'Thalas se dedicaron a
fortalecer su gloriosa patria. Los victoriosos ejércitos de Arathor volvieron a
casa en la sureña Strom. La sociedad humana creció y prosperó, mientras que
Thoradin, viendo como su reino se extendía, mantuvo a Strom como el centro del
imperio arathoriano. Después de muchos pacíficos años de crecimiento y
comercio, el poderoso Thoradin murió de vejez, dejando a la joven generación de
Arathor libre para expandir el imperio más allá de las costas de Strom. Los
cien magos originales, quienes fueron instruidos en los caminos de la magia por
los elfos, estudiaron sus poderes y estudiaron las místicas disciplinas de
hacer encantos con mucho más detalle. Estos magos, inicialmente escogidos por
su fuerza y noble espíritu, siempre practicaron la magia con cuidado y
responsabilidad. Sin embargo, pasaron sus secretos y poderes a una generación
nueva que no tenía concepto de los rigores de la guerra o la necesidad por
sobrevivir. Estos jóvenes magos empezaron a practicar la magia por gusto
personal sin ninguna responsabilidad para con sus congéneres. Como el imperio
se extendía hacia nuevas tierras, los jóvenes magos también viajaron hacia el
sur. Usando sus poderes místicos, los magos protegían a sus hermanos de las
criaturas salvajes de la tierra e hicieron posible la colonización en nuevas
ciudades-estado construidas en las zonas salvajes. Sin embargo, como sus
poderes crecían, los magos comenzaron a aislarse del resto de la sociedad. La
segunda ciudad-estado arathoriana, DALARAN, fue fundada al norte de Strom.
Muchos magos de todos los confines de Strom dejaron atrás la ciudad y viajaron
a Dalaran, donde esperaban usar sus nuevos poderes con gran libertad. Estos
magos elevaron una inmensa espiral encantada, la Ciudadela Violeta, en Dalaran,
y se sumergieron en lo profundo de sus estudios. De esta forma, los magos
humanos aprendieron a convocar las ventiscas y la lluvia, a tele-transportarse
de un lugar a otro, a volverse invisibles, a metamorfosear a otros seres en
animales, e inclusive, lograron liberar a los Elementales de Agua de su
prisión, y utilizarlos en el combate como aliados. Los ciudadanos de Dalaran
admiraban a los magos y constituyeron una fuerte economía bajo la protección de
las artes mágicas de sus defensores. Pero un secreto poder acechaba a los
despreocupados humanos. Los siniestros agentes de la Legión Ardiente, que
habían sido expulsados con el estallido del Pozo de la Eternidad, fueron
atraídos al mundo por los constantes hechizos de los magos de Dalaran, que
había logrado romper el delgado hilo que separa la realidad de las dimensiones
etéreas. Estos relativamente débiles demonios no aparecían como una fuerza
peligrosa, pero causaban considerable confusión y caos en las calles de
Dalaran. Muchos de estos demonios provocaron insólitos eventos, y los magos
regidores de Dalaran decidieron ocultarlos del público. Los más poderosos magos
fueron enviados a capturar a los elusivos demonios, pero a veces eran vencidos
por algún solitario y poderoso agente de Legión. Después de unos pocos meses,
los supersticiosos campesinos empezaron a sospechar que sus magos les ocultaban
una terrible verdad. Rumores de una revolución empezaron a recorrer las calles
de Dalaran y los paranoicos ciudadanos dudaban acerca de las prácticas y
motivos de los magos que una vez admiraron. Posesiones, apariciones de temibles
criaturas demoníacas, asesinatos sin motivo alguno, empezaron a producir el
pánico entre los habitantes de la ciudad. Los Magos, temiendo una rebelión por
parte de los campesinos y que Strom tomara acción contra ellos, se volvieron al
único grupo que entendería su particular problema: los Altos Elfos. Alarmados
por las noticias de los Magos acerca de la actividad demoníaca en Dalaran, los
elfos enviaron rápidamente a sus magos más poderosos a las tierras humanas. Los
magos elfos estudiaron las energías en Dalaran, y elaboraron reportes
detallados de actividad demoníaca en la ciudad. Concluyeron que eran debidas
solamente a unos pocos demonios perdidos en el mundo, pero la Legión misma
podría retornar si los humanos continuaban usando las fuerzas de la magia.
Recordando el pecado de sus ancestros, el Concejo de Silvermoon, que regía los
elfos de Quel'Thalas, hizo un pacto secreto con los Magos de Dalaran. Los elfos
informaron a los Magos acerca de la ancestral historia de Kalimdor y la Legión
Ardiente, una historia que había estremecido al mundo. Informaron a los humanos
que, mientras más tiempo usaran la magia, tendrían que proteger a sus
ciudadanos de los malvados agentes de la Legión. Los Magos propusieron la
noción de dar poder a un simple campeón mortal, quien utilizaría sus poderes
colectivos para pelear una infinita guerra secreta contra la Legión. Esto
permitiría a la mayoría de la humanidad ignorar por completo la existencia de
los Guardianes y su guerra contra la Legión, por temor a que el pueblo entrara
en pánico y paranoia. Los elfos estuvieron de acuerdo y propusieron fundar una
orden secreta para dedicarse a la elección del Guardián y ayudarle a combatir
el caos en el mundo. Esta era la forma en que los Altos Elfos se redimirían de
sus pasadas faltas… La sociedad estableció sus reuniones secretas en las
sombrías Praderas de Tirisfal, donde primeramente desembarcaron los Altos Elfos
en Lordaeron. Se llamaron a sí mismos como la secta secreta de los Guardianes
de Tirisfal. Los campeones mortales serían escogidos para ser Guardianes y
serían imbuidos por los poderes de los magos elfos y humanos. Solamente habría
un Guardián a la vez, pero tendrían un vasto poder para derrotar a los agentes
de la Legión donde quiera que los encontrara. El poder del Guardián era tan
grande que solamente el Concilio de Tirisfal era capaz de elegir los
potenciales sucesores del Guardián. Cuando un Guardián era muy viejo, debil o
se cansaba de su guerra secreta contra el caos, el Concilio elegía un nuevo
campeón, y bajo condiciones controladas, formalmente canalizar los poderes del
Guardián en el nuevo agente. Con el paso de las generaciones, los Guardianes ha
defendido a la humanidad en su guerra invisible contra la Legión de fuego sobre
las tierras de Arathor y Quel´thalas. Arathor crecía y prosperaba mientras el
uso de la magia engrandecía su imperio. Mientras tanto, los Guardianes se
encargaban de observar cualquier signo de actividad demoníaca.
Ironforge - el Despertar de los Enanos
La formacion de los Titánides
(Despues llamados enanos).Editar
Runas enanas de Ironforge (2500
años antes de la Primera Guerra) En tiempos ancestrales, después de que los
Titanes partieron de Azeroth, sus hijos, los Titánides, continuaron su función
de formar y guardar las profundidades abismales del mundo. Los Titánides no
mostraron interés por los hechos de las razas que poblaban la superficie y
solamente se inmiscuían en sus asuntos en las oscuras cavernas de la tierra.
Cuando el mundo fue destruido por la implosión del Pozo de la Eternidad, los
Titánides fueron profundamente afectados. Sufriendo el dolor mismo de la
tierra, los Titánides perdieron mucho de su identidad y se fundieron con las
rocas de donde habían sido creados. Uldaman, Uldum, Ulduar... estos fueron los
nombres de las antiguas ciudades donde los Titánides primeramente tomaron
forma.Profundamente dormidos en la profundidad de las cavernas, los Titánides
descansaron en paz por cerca de ocho mil años. “No está claro por qué despertamos”-
rezan las antiguas runas enanas. “Pero habíamos cambiado durante la
hibernación". Nuestras rocosas formas se habían vuelto piel, y nuestros
poderes sobre la piedra y la tierra habían desaparecido. Éramos criaturas
mortales”.
Ubicacion Principal De Los Enanos
Iron Forge (Forja de Hierro)
Los últimos Titánides dejaron
atrás los salones de Uldaman y se aventuraron a caminar por la superficie.
Nunca abandonaron la seguridad de las profundidades y las maravillas de las
cavernas,por lo que fundaron un vasto reino bajo la más alta montaña de la
tierra. Llamaron a su tierra, Khaz Modan.
Construyeron un altar para su
padre el Titán Khaz´goroth, y fundaron una poderosa forja en el corazón de la
montaña. La ciudad que creció alrededor de la forja se llamó Iron Forge (Forja
de Hierro). A partir de ese instante, se llamarían a sí mismos Enanos.
Aficiones y Especializaciones de los
Enanos De Iron Forge
Los enanos, por naturaleza
fascinados con las gemas y la piedra, construyeron minas en las montañas
circundantes para extraer ricos y preciosos metales. Felices con sus trabajos
bajo la tierra, los enanos se despreocuparon de las ligerezas de sus vecinos de
la superficie.
de los Enanos de Iron Forge
Los Siete Reinos Archivos de
Kirin Tor (1200 años antes de la Primera Guerra)
Strom continuó actuando como
capital de Arathor, pero al igual que Dalaran, muchas nuevas ciudades-estado
aparecieron a lo largo del continente de Lordaeron. Gilneas, Alterac, y Kul
Tiras fueron las primeras ciudades-estado en levantarse, y aunque tenían sus
propios gobiernos y relaciones comerciales, seguían bajo la autoridad unificada
de Strom. Bajo el ojo vigilante de la Orden de Tirisfal, Dalaran se convirtió
en el corazón del aprendizaje para los magos de toda la tierra. Los Magos que
regían Dalaran crearon el KIRIN TOR, una cámara especializada encargada de
catalogar y registrar cada hechizo, artefacto y objeto mágico conocido por la
humanidad a través del tiempo. Gilneas y Alterac se convirtieron en fuertes
soportes militares de Strom y desarrollaron grandes ejércitos que exploraron
las montañosas tierras de Khaz Modan. Fue durante este periodo que los humanos
conocieron a la antigua raza de enanos y viajaron a la cavernosa ciudad
subterránea de Ironforge. Los humanos y los enanos intercambiaron muchos
secretos acerca de los usos del metal y la ingeniería y descubrieron una
singular y mutua afinidad por las batallas y el relato de historias. La
ciudad-estado de Kul Tiras, fundada sobre una gran isla al sur de Lordaeron,
desarrolló una próspera economía basada en la pesca y el comercio mercante. Con
el tiempo, Kul Tiras construyó una poderosa armada que exploró los mares y
tierras conocidas en busca de bienes exóticos para comercial. Mientras la
economía de Arathor florecía, sus fuertes componentes empezaron a desintegrarse.
Con el tiempo, los señores de Strom decidieron movilizar sus estados a las
fértiles tierras del norte de Lordaeron y dejar sus áridas tierras del sur. Los
nietos del rey Thoradin, los últimos descendientes de la dinastía Arathi,
argumentaron que Strom no debería ser abandonada, lo que incurrió en el
descontento de los grandes ciudadanos, dispuestos a partir. Los señores de
Strom, observando la pureza del intocado norte, decidieron dejar atrás su ancestral
ciudad. Hacia el norte de Dalaran, los señores de Strom construyeron una nueva
ciudad que llamaron LORDAERON. El continente entero tomó el nombre de esta
ciudad. Lordaeron se convirtió en una meca religiosa y en refugio de paz y
seguridad para todos los desvalidos Los descendientes de los Arathi, permanecieron
fieles a los antiguos muros de Strom, decidieron viajar hacia el sur sobre las
rocosas montañas de Khaz Modan. Su viaje finalmente terminó luego de muchas
eras, y se asentaron en el norte del continente que luego se llamó AZEROTH. En
un fértil valle fundaron el reino de Stormwind, el cual se convirtió en un
poderoso reino. Los pocos guerreros que permanecieron en Strom decidieron
guardar los ancestrales muros de la ciudad. Strom ya no era más el centro del
imperio, pero se desarrolló en una nueva nación conocida como Stormgarde (La
Guardia de Strom). Conforme cada ciudad prosperaba y crecía, el imperio
arathoriano se vio efectivamente desintegrado. Cada nación desarrolló sus
propias costumbres y creencias, y se fueron separando unas de otras. La visión
del rey Thoradin de una humanidad unida había finalmente fracasado.
Aegwynn y la Caza del Dragón
Según la biblioteca secreta de
los Altos Elfos (830 años antes de la Primera Guerra)
Como las rivalidades políticas y
militares de las siete naciones humanas aumentaban y empeoraban, la línea de
los Guardianes estaba en constante vigilancia contra el caos. Hubo muchos Guardianes
a través de los años, pero solamente uno tenía los poderes mágicos de Tirisfal
a la vez. Uno de los últimos Guardianes se distinguió como un poderoso guerrero
contra la sombra. Magna Aegwynn, una bravía chica humana, ganó la aprobación de
la Orden y se le dio el manto de los Guardianes. Aegwynn trabajaba
vigorosamente en cazar y erradicar a los demonios donde quiera que los
encontrara, pero a menudo cuestionaba la autoridad del Concilio de Tirisfal,
dominado por hombres. Ella creía que los ancestrales elfos y los envejecidos
magos que presidían el Concilio eran demasiado rígidos en sus pensamientos y no
tenían la decisión suficiente de poner fin al conflictivo caos. Impaciente con
las lentas discusiones y debates, decidió probarse a sí misma y a sus superiores,
por lo que frecuentemente demostraba un valor más allá del entendimiento en situaciones
cruciales. Como su dominio de poder cósmico de Tirisfal crecía, Aegwynn
descubrió que un creciente número de poderosos demonios había aparecido en el
congelado continente de Northrend. Viajando al distante norte, Aegwynn encontró
a los demonios entre las montañas. Descubrió que estos demonios habían cazado a
uno de los últimos dragones sobrevivientes y habían absorbido la magia innata
de las ancestrales criaturas. Los poderosos dragones azules, hijos de Malygos
el Forjador de Conjuros, con el aumento de las sociedades mortales sobre el
mundo, decidieron enfrentarse ellos mismos a las oscuras artes mágicas de la
Legión. Aegwynn confrontó a los demonios, y con ayuda de los nobles dragones,
los vencieron. Sin embargo, tan pronto como el último demonio desapareció del
mundo, una gran tormenta emergió desde el norte. Una enorme figura oscura
apareció sobre el cielo de Northrend. Sargeras, el rey de los demonios y señor
de la Legión Ardiente, apareció ante Aegwynn y la atacó con increíble energía.
Le dijo a la joven Guardiana que el tiempo de Tirisfal estaba a punto de llegar
a su fin y que el mundo pronto sería devorado por la Legión. La valiente
Aegwynn, creyéndose suficientemente fuerte para pelear con el amenazante dios,
lanzó sus poderes contra Sargeras. Con desconcertante facilidad, Aegwynn
derrotó al demonio y logró matar su forma física. Creyendo que el espíritu de
Sargeras había pasado al abismo, la noble Aegwynn llevó su ruinoso cuerpo a uno
de los antiguos salones de Kalimdor que se encontraba cerca del centro del mar,
donde colapsó el Pozo de la Eternidad. Aegwynn nunca sospechó que eso era
exactamente lo que Sargeras había planeado...
La Guerra de los Tres Martillos

¿Por
qué inicio la Guerra De Los Tres Martillos?

Viajaron al sur y fundaron la
ciudad de Thaurissan, como su líder, bajo las Montañas de Redridge. El paso de
los años no apagó la rabia de los Dark Iron y Thaurissan (Actualmente en World
Of Warcraft). Después de un tiempo Thaurissan (Hierro Oscuro) proclamó las
tierras de Khaz Modan sólo para su clan, asaltando Ironforge y Grim Batol . el
hechizero Asaltó Ironforge mientras que su esposa, Mogdud la bruja, atacó Grim
Batol. Los dos líderes de los Dark Iron casi logran su objetivo, pero los del
Clan Barbabronce (Bronzebeard)
finalmente rechazaron los ataques y el ejercito de Thaurissan tuvo que
retirarse a su ciudad. Mogdud, por su parte, realizó un brutal asalto contra
los Martillo Salvaje (WildHammer), pero murió a manos del rey, Khardros. Con la
reina bruja muerta, los Dark Iron que asaltaron Grim Batol (Lugar donde residen los WildHammer) cayeron
bajo la furia de los Wildhammers. con el ejercito de los Martillo Salvaje y
parte de los guerreros de Thaurissan que fueron "esclavizados", se
lanzaron a destruir Tharissan y a los Dark Iron que quedaban (los que no fueron
a la guerra), pero el hechicero Tharissan invocó a Ragnaros, el Señor del
Fuego, uno de los dioses elementales encerrados por los titanes tiempo atrás
resurgió de su prisión. El resurgir del señor elemental sacudió los cimientos
de las montañas de Redridge y creó un poderoso volcán, conocido como Blackrock
Spire, región en la que reinaría desde entonces sometiendo a los Dark Iron
supervivientes a su voluntad.
El despertar de Ragnaros y La
retirada de los Enanos Barbabronce
![]() |
Ragnaros |
El Último Guardián
E l Último Guardián Según la
biblioteca secreta de los Altos Elfos (45 años antes de la Primera Guerra) La
Guardiana Aegwynn acrecentó sus poderes los años subsiguientes y las fuerzas de
Tirisfal extendieron grandemente su vida. Creyendo que había derrotado a
Sargeras para bien, continuó salvaguardando al mundo de las fuerzas diabólicas
por cerca de novecientos años. Sin embargo, el Concilio de Tirisfal finalmente
decretó que su tiempo había llegado a su fin. El Concilio ordenó a Aegwynn
volver a Dalaran para que su sucesor fuera escogido. Pero Aegwynn difería del
Concilio, y decidió escoger ella misma a su sucesor. Planeó dar a luz un hijo
al cual le heredaría todo su poder. No tenía intención de que la Orden de Tirisfal
manipulara a su sucesor como la había manipulado a ella. Viajando a la sureña
nación de Azeroth, Aegwynn encontró al perfecto padre para su hijo: un astuto
mago humano conocido como Nielas Aran. Aran era el mago de la corte del rey de
Azeroth. Aegwynn sedujo al mago y concibió de él un hijo. La afinidad natural
de Nielas por la magia marcó profundamente al niño no nacido y luego definiría
los trágicos pasos que tomaría cuando fuese adulto. El poder de Tirisfal fue
heredado al niño, pero este no se manifestaría hasta su madurez. Pasado un
tiempo, Aegwynn dio a luz a un hijo varón. Llamándolo Medivh, que significa
"guardián de los secretos" en la lengua de los altos elfos, Aegwynn
creía que el niño, al llegar a la madurez, sería el próximo Guardián. Desafortunadamente
no sabía la terrible verdad de los planes de Sargeras: el maligno espíritu del
oscuro Titán se había ocultado en su interior después de su batalla con él, y
había poseído al indefenso niño mientras este estaba en el vientre de su madre.
Aegwynn no tenía idea que el próximo Guardián estaba realmente poseído por su
más grande némesis. Asegurándose que su bebe creciera sano y fuerte, Aegwynn
llevó al pequeño Medivh a la corte de Azeroth y lo dejó para que fuese criado
por su padre mortal y su pueblo. Ella lo seguiría vigilando desde la sombra,
preparándose para cederle su poder cuando estuviera listo. Medivh creció para
convertirse en un muchacho fuerte, sin tener idea del gran poder que albergaba
su espíritu. Sargeras esperó su momento para manifestar su poder en el joven.
Con el tiempo, Medivh llegó a la edad de la adolescencia, y se había convertido
en un joven apuesto y popular en Azeroth por la facilidad con que progresaba en
los estudios mágicos con su padre, y por las aventuras con sus dos mejores
amigos: Llane, príncipe de Azeroth, y Anduin Lothar, uno de los últimos
descendientes de la línea sanguínea Arathi. Los tres muchachos constantemente
hacían travesuras por todo el reino, pero eran amados por los ciudadanos en
general. Cuando Medivh cumplió los 14 años, el poder cósmico dentro de el
despertó e inició una lucha terrible con el invasor espíritu de Sargeras, combatiendo
por su alma. Medivh entró en un estado catatónico que duró muchos años. Al
despertar de su coma, se halló en la madurez, y sus amigos Llane y Anduin se
habían convertido en los regentes de Azeroth. Aunque deseaba profundamente
utilizar sus increíbles poderes para proteger su tierra, el oscuro espíritu de
Sargeras trastornó sus emociones y pensamientos, para llevarlos a un terrible
final. Sargeras había dominado el confundido corazón de Medivh, y ahora sus
planes de una segunda invasión demoníaca sobre el mundo estaban casi completos.
Y el último Guardián del mundo le ayudaría en sus oscuros propósitos.
Fuente: http://es.worldofwarcraft.wikia.com/wiki/Historia_de_Warcraft